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SEMBRADORES DE INTOLERANCIA



Ninguna crítica es aceptada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la llamada cuarta transformación #ComentarioPolitico

SEMBRADORES DE INTOLERANCIA

Por: Mónica Camarena Crespo

Ninguna crítica es aceptada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la llamada cuarta transformación, simple y llanamente no toleran el más mínimo cuestionamiento. En la memoria reciente de gobiernos pasados poco se recuerda una amenaza tan latente a la libertad de expresión y al escrutinio público, salvo rescatar los negros pasajes con Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría.

Desde el inicio de la administración federal se han enviado mensajes muy preocupantes desde Palacio Nacional, ya más recientemente los ataques, las menciones y las amenazas nada veladas han llevado a un punto delicado de confrontación pública entre escritores, analistas, comunicadores, periodistas con el presidente y sus aliados.

La instrucción que algunos imaginan desde la trinchera de los medios por parte del ejecutivo federal, su gabinete y seguidores, es contundente: “acaben con ellos”.

En los días recientes se confirma lo anterior, personajes incomodos se unen a la lista de enemigos de la cuarta transformación; Chumel Torres, a quien, al ser señalado por el presidente y su esposa, ya le quitaron un espacio en HBO.

El periodista Carlos Loret de Mola es hoy por hoy el de moda, el enemigo a vencer. Y es que después de un reportaje en donde enumera las propiedades de la secretaria de la Función Pública y su esposo, también empleado del gobierno en medios de comunicación, le echaron el batallón de “tuits” de apoyo de casi todo el gabinete “lopezobradorista”, como si fuese un asunto de Estado.

A estos dos últimos comunicadores los convirtieron en los villanos favoritos, razón de sobra para que los seguidores y “bots” de la 4T se les fueran encima.

A Loret todavía le espera una suerte de pesadilla legal, porque el esposo de Irma Eréndira Sandoval, un catedrático que se ha convertido en el defensor número uno de López Obrador, amenazó con demandar al periodista tanto en México como en Estados Unidos.

Las aclaraciones y derecho de réplica son, por ley, un derecho de todos, pero la acción orquestada pareciera que desde Palacio Nacional no tiene nada que ver con corregir la plana, sino con callar las voces disidentes.

Cero tolerancia a las denuncias en medio de la crisis económica, de presunta corrupción, de salud, de seguridad. De nada quieren saber, que nada se diga, que todos se callen.

Pero buscar callar a los periodistas, escritores, analistas y todo aquel que tenga un espacio para difundir ideas diferentes, es violar los derechos fundamentales.

El camino que siguen desde Palacio Nacional es peligroso y agresivo; promover el encono contra quienes buscan ejercer la libertad de expresión solo abona a la intolerancia, que lleva por fuerza a la confrontación social, esa que tanto daño hace y que ha cobrado muchas vidas a lo largo de la historia.

Inevitable citar al ideólogo tuxpeño Jesús Reyes Heroles, quien dijo “La intolerancia nos parece obtusa y cerril. Quienes se niegan a discutir y a contrastar sus ideas solo acusan temor e inseguridad en sus propias convicciones”


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