60 MINUTOS DE ODIO A LÓPEZ OBRADOR
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60 MINUTOS DE ODIO A LÓPEZ OBRADOR
Por Christopher Rodríguez Jácome
Pese a que es 2021 estamos viviendo una especie de 1984 Orwelliano, en un país donde la cuarta transformación del camarada presidente utiliza a las instituciones a modo del gran hermano, monitoreando todo o pretendiendo hacerlo. Donde pseudo periodistas y pseudo escritores nos bombardean noche y día con mentiras y verdades a medias, nos dicen, por ejemplo, que el país recibió diez mil vacunas para el coronavirus, nos hablan de inversiones millonarias para justificar fugas en el presupuesto, pero no nos dicen que realmente no costaron ni un centavo, nos muestran cifras y datos que parecieran muy sólidos, pero las propias fuentes oficiales, muy por debajo de 500 páginas de paja, muestran que todo está peor que antes.
Hoy vivimos bajo el yugo de una policía del pensamiento, una Guardia Nacional que desde su creación está bajo el mando militar de manera ilegal y usando facultades que por derecho no le corresponden, bajo la mira de corporaciones policiacas que solo se ocupan en rastrear a los opositores del régimen para encarcelarlos con la excusa más estúpida que se les pueda ocurrir.
Hoy muchas cosas son preocupantemente parecidas a ese mundo distópico que planteaba Orwell en ese no tan imaginario Londres de 1984, pero lo que más ha llamado la atención de un servidor, y ha sido la causa de estas letras, es el uso de los canales oficiales de comunicación para satanizar cualquier conato “desprestigio”.
Y es que es realmente asombroso cómo en una supuesta austeridad republicana, no se gasta en salud, no se gasta en seguridad, no se gasta ni en consumibles de oficina para mermar un poco el rezago burocrático, pero sí se derrochan millones y millones de pesos diariamente en difundir mentiras y mensajes de odio.
Un claro ejemplo de este sistema al que George Orwell llamo “Los dos minutos de odio” son las mañaneras presidenciales, estrategia implementada desde el día 1 de gobierno, un espacio donde la única voz que vale es la del camarada presidente, un espacio reservado no para anuncios, no para comunicados, no para boletines, es un espacio exclusivo para mostrar a los enemigos del “Partido” y mientras más tropiezos, más enemigos surgirán para justificarlos, afortunadamente quienes sintonizan este espacio cada vez son menos, aplaudidores pagados, fanáticos sin qué hacer, y reporteros o analistas políticos que lo sintonizan muy a huevo y no por gusto. Eso se comprueba poniendo en contraste la audiencia de dicha tribuna de verborrea y las plataformas oficiales del presidente, donde casi el 70% de los seguidores están verificados como bots, programas informáticos que solo están ahí para inflar los números.
Las declaraciones hechas por los funcionarios cada vez son más incoherentes, más violentas, cuyo único cometido es ese, generar odio contra quienes ellos tachen de ser los culpables de todos los males del país, que por supuesto no es el partido oficial, no es la cuarta transformación, no, son aquellos enemigos del pasado -reales o imaginarios- que por alguna razón solo el camarada presidente en su infinita sabiduría puede comprender, pero la realidad es que solo es un circo donde se repiten diariamente las mismas mentiras con diferente culpable. Mentiras y demagogia a destajo es el contenido real de esta fábrica de enemigos y de odio, si no hay medicamentos para niños con cáncer es culpa de la derecha internacional, si no hay seguridad es culpa de la administración antepasada, si eres pobre es culpa de los ricos –los fifís-, pero si perdieron muchos estados, distritos y alcaldías en las elecciones es culpa de la clase media, siempre habrá un némesis al cual odiar en esta fábrica de excusas.
George Orwell también nos advierte en su novela sobre “El Ministerio de la Verdad”, ente encargado de esparcir propaganda a favor del “partido” incluso si está plagada de mentiras, verdades alteradas o hechos que jamás ocurrieron, lo cual también vivimos hoy en día con los miles y miles de bots encargados de difundir este tipo de información, con los pseudoperiodistas de YouTube que inventan historias fantásticas de eventos casi milagrosos que por supuesto nunca ocurrieron.
Regresando a las mañaneras, o lo que me gusta llamar “Los 60 minutos de odio”, es ahí donde también se repiten las mentiras del ministerio de la verdad, así, arteramente, a conciencia de que son falsas, total, ahí nadie cuestiona, y si alguien lo hace es expulsado de inmediato del recinto como ya ha ocurrido, y al otro día es transmitido su rostro en todas las pantallas entre aquellos “enemigos del Estado”.
“La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza” es el lema de aquella sociedad distópica, pero que día a día toma más fuerza en nuestra sociedad, o al menos día a día es esparcida con mayor fuerza por los canales oficiales de comunicación, generando odio e inventando enemigos para que exista paz hacia el monarca, amenazando voces críticas y coartando la expresión de las ideas, romantizando la pobreza extrema, el ser desempleado, el carecer de estudios y hacerlo ver como la mayor de las virtudes. Bien dicen que la realidad siempre supera a la ficción, y los últimos tres años hemos vivido en una realidad que supera la lúgubre historia del gran hermano y que los personajes principales de este circo también podrían adecuarse muy bien a los cerdos de rebelión en la granja, por lo que me atrevo a decir que actualmente México vive en la mente de George Orwell o en una mala copia de esta, donde dos más dos son cinco.
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