GRILLA DE GRILLOS
- rojasaldana
- 10 nov 2020
- 3 Min. de lectura
COLUMNA GRILLA DE GRILLOS #Columnas
GRILLA DE GRILLOS

Miriam Gracia Magaña
La política, dijera el ex gobernador, Miguel Alemán Velasco es de constancia, conciencia y circunstancia.
Es cierto. Cuantos hombres y mujeres de Veracruz han trabajado a lo largo de los años desde las bases de su partido para lograr un puesto de elección popular sin lograrlo y hay algunos que les llega fácil, sin mayores méritos de trabajo social que estar en el momento correcto. En la pasada elección del 2018, muchos alcaldes fueron electos no por sus méritos, mucho menos por su formación política de la cual aún carecen, sino por el hartazgo de la ciudadanía a candidatos repetidos y partidos políticos con viejas y malas mañas que sólo enriquecían a ellos, mientras la población se sumergía en la miseria e inseguridad.
Catemaco es uno de esos casos, Julio Ortega Serrano no ganó por él, mucho menos por su imagen (siempre se ha sabido que es golpeador de mujeres y corrupto) su triunfo se decidió en la capital del estado, el nombre y la persona era lo de menos, lo importante eres los acuerdos con los partidos políticos y el gobierno en el poder en ese momento, pero al parecer esto él no lo sabe.
Se creyó el canto de las sirenas que “personajes” de dudosa reputación le cantan al oído, haciéndole creer que es un gran “líder”, gracias a estas zalamerías, éstos avispados colaboradores han obtenidos de las arcas municipales presupuesto indiscriminado para bailes “populares”, ventas millonarias de lonas y bolsas o convenios de publicidad. Sin embargo lo que no se ha percatado es que el equipo del verdadero operador político de los Tuxtlas no lo tolera, les molesta su ego y no tan sólo eso, se mofan de él. Cada uno de los tropiezos que tiene, lo aleja más de quienes verdaderamente manejan la política en el estado.
Su nombre y su persona se han vuelto indeseables para quien hasta hace unos días era su principal respaldo y al cual se le deben los apoyos en el municipio que gobierna. Eso de que gracias a Ortega Serrano y sus gestiones se han aterrizado cientos de obras y programas sociales es un cuento chino que ni en su casa se creen. El alcalde no las trae todas consigo, el despido de empleados por no apoyar en una encuesta “patito” a su cuñado como aspirante a la alcaldía le traerá demandas por despido injustificado. Juan Rosario Morales es un hombre trabajador y con buena imagen, sin embargo y aunque sea injusto, los enemigos de su cuñado son muchos y esto evitará que sea Presidente Municipal. Julio ya está empezando a pagar las injusticias que cometió con colaboradores, amigos y familiares, mismos que ahora apoyan a otros suspirantes y no al suyo, quien por cierto aún no encuentra partido que lo abandere.
La desesperación se nota cuando en redes sociales pide el apoyo para Juan, que alguien lo asesore porque todo eso lo están guardando para utilizarlo después en su contra, como autoridad no puede hacer campaña. Muchos que cobran en su ayuntamiento como aviadores o que tienen convenios de publicidad ya lo están traicionando, apoyando a otros proyectos políticos contrarios a él, que les asegure en el futuro apoyo económico, ante el negro panorama que se advierte para el “mejor alcalde de Catemaco” como lo llaman sus aplaudidores, los mismos que esa etiqueta se la pusieron a quienes lo antecedieron en el cargo, publicaciones dan cuenta de ello. Sin embargo la peor traición están siendo organizada por quien hasta hace unos meses era su “hermano del alma”, quien aunque le haya prometido pactos de complicidad, no los va a cumplir y no tan sólo eso, para lograr impunidad y acuerdos que le beneficien, está soltando toda la sopa como dicen los jóvenes, pero esto no es nuevo, así lo hace siempre cuando después de servirse de su anterior amo, estrena uno nuevo. Al tiempo...
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