JUAN ROSARIO Y LA PETICIÓN DE UN DIF DE 24 HORAS
JUAN ROSARIO Y LA PETICIÓN DE UN DIF DE 24 HORAS
Luis Manuel Toto Polito / Observatorio en línea
Juan Rosario, el hombre callado y reservado que guarda en sus adentros cientos de historias que encierran la verdadera cara del DIF en Catemaco, abrió pecho y habló parte de lo vivido en esta institución, en la que laboró desde el inicio del gobierno de Julio Ortega Serrano, y que dejó hace unas semanas para emprender un nuevo viaje; el de la política para servir con vocación.
Con su tradicional sombrero, sus botas, camisa holgada y pantalón vaquero recorre las calles de su natal Catemaco, y muy pocos saben que su vida está llena de contrastes, pues mientras es un empresario con visión transformadora, otra realidad es que guarda en su alma historias que lo han conmovido.
Sin el más mínimo interés de alardear, muy pocos han escuchado de su boca que hace unas semanas llegó a su vida el caso de una pequeña con padecimientos graves causados por un cáncer en uno de sus brazos, y que para los padres de ese angelito era imposible costear o solucionar.
Con ese carácter fuerte pero sensible, Juan Rosario fue conmovido y sin demora se sumó personalmente a la restauración de la calidad de vida de ese niño que ahora ya recibe tratamiento en la torre pediátrica de Veracruz, y que dicho está de paso suena a vanagloriarse con una acción que debiera guardarse con recelo tal y como lo cita el evangelio de San Mateo, "Cuando socorras a un necesitado, hazlo de modo que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha", pero que sino es contada no es ingresada a la historia de la triste situación que atraviesan cientos, quizá miles de catemaqueños.
No es para menos, porque el 60% de la población vive directa o indirectamente de lo que su hermoso lago les brinda, y su gente trabaja de sol a sol para poder llevar el pan a la mesa, es aquí donde entra la experiencia de él en esta institución que le ha dado a entender que lo dicho por algunos políticos sobre que el DIF es la cara bonita de una administración es una total mentira, ya que en ella se viven historias que muy pocos soportarían escuchar, ver o tenerlas enfrente para darles una solución.
Juan Rosario se ha convertido en uno de los pocos ciudadanos que tiene claro que el DIF es un edificio al que llegan las grandes carencias sociales, los grandes problemas de salud y es observada detenidamente como ese lugar donde se posa una luz de esperanza. Este es el motivo por el que empresario camionero pide que el DIF se pueda convertir en un sitio de 24 horas, un edificio que albergue a médicos a cualquier hora del día, a terapeutas físicos y Psicólogos que den atención primordial a mujeres, niños y ancianos, ya que se posicionan en los primeros lugares dentro de la pirámide de sujetos con mayor vulnerabilidad.
Sin duda, Juan Rosario a pesar de tener un caminar silencioso, sin tanto reflector ha conseguido que sus amigos lo consideren un hombre hombre que ha dado solución a infinidad de problemas que han caído en sus manos y no se cuentan, porque lo que hace tu mano izquierda no lo debe saber la derecha.
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