REGRESO A LAS AULAS: CAPRICHO DE UNOS, SENTENCIA DE MUERTE PARA OTROS
El Covid-19 llegó para quedarse, de eso no hay duda, y tenemos que aprender a vivir esta nueva realidad #REGRESOACLASES #NACIONAL
REGRESO A LAS AULAS: CAPRICHO DE UNOS, SENTENCIA DE MUERTE PARA OTROS
Por: Zaynne Córdoba T.
El Covid-19 llegó para quedarse, de eso no hay duda, y tenemos que aprender a vivir esta nueva realidad; sin embargo, no debemos tomar riesgos que no sean estrictamente necesarios.
Delfina Gómez, secretaria de Educación, adelantó que los estados que estén en Semáforo Verde epidemiológico volverán a clases presenciales antes de finalizar este ciclo escolar. Así, en estados como Tamaulipas, Chiapas, Coahuila, Nayarit y Veracruz se pretende que a la brevedad se retomen las clases presenciales tanto en escuelas públicas como privadas.
Para este fin, la secretaria de Educación, siguiendo las indicaciones del presidente de la república, ha asegurado que existen 9 estrategias a seguir para garantizar un sano regreso, las cuales son: Comités preparativos de salud, quienes se encargarán de la limpieza de los planteles; garantizar el acceso al agua y jabón; protección de maestros y personal administrativo con vacunas; uso de cubrebocas artesanal o “paliacate”; sana distancia; uso de espacios abiertos; cancelar convivios y ceremonias; detección temprana de síntomas; y apoyo socioemocional a docentes y alumnos. Esto suena bien; sin embargo, existen muchas lagunas que son imposibles de tapar con un bonito discurso.
Para empezar, en México hay miles de comunidades que no cuentan con una red hidráulica, desde ahí nuestros gobernantes son ignorantes de la realidad que vive el país.
¿Y qué hay de la “estrategia de detección temprana de síntomas”? ¿Acaso la maestra Delfina desconoce que existen miles de casos asintomáticos? Son portadores, son foco de infección, son un peligro invisible.
Es verdaderamente preocupante que las autoridades, tanto de salud como de educación, no adviertan el peligro de un regreso a clases donde los únicos vacunados serían los maestros.
Este punto es de suma importancia y su análisis debe ser cauto, empezando porque la vacuna no genera inmunidad, no evita el contagió, simplemente hace, aparentemente, que la persona inoculada tenga síntomas de menor gravedad y mayores probabilidades de sobrevivir a la enfermedad, pero sigue siendo una fuente de contagio. Entonces, si un docente contrae el virus tendrá mayores posibilidades de vivir, pero los alumnos no; ellos cogerán el virus, sin saberlo lo llevarán a sus casas, contagiarán a sus padres, sus hermanos, sus tíos, generando una cadena de contagio que nos pondría nuevamente en un plano de alerta sanitaria donde se expondría a la población no vacunada que, hasta ahora, es la mayoría.
Como parte del discurso oficial han afirmado que el regreso será “voluntario”. Bajo este entendido, quienes quieran tomar el riesgo acudirán a las aulas y quienes no, continuarán con la educación virtual. Lo que genera varias dudas ¿Contratarán docentes especiales para la enseñanza a distancia? ¿Duplicarán la carga de trabajo del docente asignado a cada grupo?, y de ser así, ¿También duplicarán su sueldo?, o simplemente utilizan el término “voluntario” para lavarse las manos y no hacerse responsables de los contagios y muertes que un regreso a clases en estas condiciones acarrearía.
Son demasiados agujeros sin fondo como para no cuestionar la inteligencia de las autoridades, quienes intentan burlar la de la población de maneras cada vez más intrépidas, por no decir descaradas.
Todo indica que esta urgencia de hacer las cosas al chingadazo y mal planeadas no es otra cosa que una más de las tretas electoreras del partido oficial para ganar votos, pues asumen al magisterio como un gremio fácilmente engañable pretendiendo que, con la aplicación del fármaco se borren, como por arte de magia, todos los atropellos cometidos por la administración actual contra los maestros.
Si esta no fuera una más de las artimañas electorales del MORENA, entonces ¿por qué en el registro de personal educativo a vacunar sí se incluyó a personal del sector privado, mientras que el personal de salud del sector privado sigue sufriendo discriminación por parte del Ejecutivo federal?
¿De verdad piensan que con una vacuna las maestras, a la hora de votar, se van a olvidar de que eliminaron las guarderías donde dejaban a sus hijos para poder ir a trabajar? ¿Pensarán que los miles de maestros, al estar frente a la boleta electoral, van a olvidar que cuando asisten a un instituto de Salud no hay ni paracetamol? ¿O que el gobierno federal eliminó las escuelas de tiempo completo? A menos que pretendan que la vacuna, además de reducir su riesgo de contagio y de síntomas graves, también les produzca amnesia.
Es un hecho que algún día se tienen que retomar las actividades escolares presenciales, pero hoy por hoy nuestro sistema de salud no está preparado para hacerlo, al final del día los únicos beneficiados serán los dueños de las funerarias. No puede existir un regreso a la normalidad sin antes vacunar al menos al 70% de la población, para así disminuir el riesgo de muerte en caso de contagio.
Desde hace un par de meses Andrés Manuel López Obrador se ha encargado del esparcimiento del discurso del regreso a las aulas, pero la estrategia que plantean es un chiste, una charada, una burla; el capricho de unos y la sentencia de muerte de otros.
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